REVISIÓN DE LA MOTO

Para una mayor seguridad, vigila sobre todo el buen funcionamiento y estado de los siguientes componentes:

Frenos
    Pastillas o zapatas (desgaste).
    Líquido de frenos (nivel y antigüedad).
    Discos de freno (espesor, grietas, plano).
Neumáticos
    Presión de aire (comprobar en frío).
    Grietas, deformaciones y otros daños.
    Objetos extraños clavados en los mismos.

    Recuerda que es aconsejable montar los neumáticos de las medidas especificadas en la ficha técnica de tu moto, que son los más indicados para tu modelo, logrando así un rendimiento óptimo.

Luces
    Faro (cruce, largas, ráfaga, ajuste altura)
    Intermitentes.
    Freno (interruptor maneta y pedal)
    Piloto posterior y reflector.

Aceite
    Nivel (comprobar en caliente)
    Color (observar su color para evitar que esté demasiado sucio).
Es imprescindible que leas con atención el manual del propietario que te han entregado junto con la moto, para conocer a fondo la motocicleta y saber en qué intervalos hay que realizar el mantenimiento. La moto puede durar muchísimos años si realizas el mantenimiento especificado y no abusas de ella (manejo correcto, no subir la moto de vueltas con el motor frío, no pasar de revoluciones el motor (zona roja), usar un aceite apropiado).

Te aconsejarnos que para cualquier reparación, y sobre todo las relacionadas con la seguridad y mantenimiento lleves la moto a un concesionario oficial.
Al mínimo síntoma de funcionamiento anormal debes llevar la moto a revisar. Si no lo haces podrían verse afectados otros componentes.
Para reparaciones o trabajos de mantenimiento fáciles o durante viajes, como tensar la cadena, cambiar bujías, desmontar tapas, variar la suspensión, etc., es necesario llevar las herramientas de la moto a bordo